Ruta de Ronda a la Estación de Benaoján: echando abajo la comilona de Nochebuena MALAGA HOY
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Al aire libre es más seguro que en tu casa, donde no abres una ventana desde 1987
Este año hay más comida para menos gente. De cuarenta comensales, que no cabíamos en la mesa del salón y había que repartirse por toda la casa, hemos pasado a cuatro gatos mal contados por culpa del coronavirus. Pero, eso sí, nuestros progenitores (nuestras madres, vaya, pero hay que ser políticamente correctos) han hecho la misma cantidad de comida. ¡El marisco te sale todavía por las orejas! Raro será si no te da un ataque de gota mortal de necesidad.
Y ¿quién te iba a decir a ti que echarías de menos a tu cuñado (de VOX o Podemos, tanto monta…) en la cena de Nochebuena? Una buena peleilla política y salir reforzados en nuestras creencias inamovibles es algo impagable que reconforta mucho.
En fin, una amargaera de Nochebuena la de este 2020, así que vamos a ver si la remontamos con una ruta agradable que nos baje la comida a los pies y nos alegre un poco el corazón.
En esta ocasión, después del repaso que hicimos de algunas sendas y caminos que visitar durante estas fechas navideñas tan atípicas, hoy reseñaremos la etapa 24 de la Gran Senda de Málaga, el trazado que conecta a Ronda con Benaoján.
Con una longitud extensa que raya en los 13 kilómetros, este sendero lo podremos completar en unas cuatro horas aproximadamente. En Wikiloc está muy bien trazado, por si alguno tiene uno de esos locos cacharros en los que meter las coordenadas GPS y le viene bien.
El punto de arranque es claro: Ronda. Concretamente, en la plaza de María Auxiliadora, en la parte antigua de la ciudad, cerca del Puente Nuevo.
De hecho, entre almendros, buscamos el conocido camino del Campillo que llega a este puente y a la Hoya del Tajo. En esta bajada disfrutamos de las vistas de la muralla de la Albacara y la puerta del Cristo. Se accede, así, al camino de los Molinos que enlaza con la cuesta del Cachondeo desde donde, si volvemos la vista atrás, tendremos unas impresionantes vistas del Puente Nuevo y de las paredes del Tajo.
Las acequias del Guadalevín, que procede de la Sierra de las Nieves, nos aguardan con un fuerte descenso que sitúa el sendero sobre el margen del río. Ascendemos, sin embargo, entre huertos y nogaledas, viñedos y casas de campo hasta el puerto de la Muela.
En esta encrucijada se enlazan dos senderos que bajan desde Ronda por la dehesa del Mercadillo, un espacio forestal de cerca de 140 hectáreas de pino piñonero en el que las encinas comienzan a reclamar lo que es suyo por derecho.
Por nuestra parte, nosotros seguimos rumbo a poniente, como en Juego de tronos, hacia la Cañada Real del Campo de Gibraltar, que desciende hacia la estación de ferrocarril de La Indiana entre granjas y restos de un pasado más industrial y menos turístico: la antigua Ermita Escuela y un corpúsculo de aldea que el camino atraviesa para llegar de nuevo a orillas del Guadalevín.
De este modo, en la unión de los ríos Guadalcobacín y Guadalevín, el sendero topa con las ruinas de La Indiana las cuales anuncian el paso a nivel sin barreras de la línea Algeciras-Bobadilla. Una vez al otro lado, hay un fresno cerca de un nacimiento que marca, como si de un hito se tratara, el kilómetro séptimo de nuestra ruta.
El encuentro del Guadalevín y Guadalcobacín marca el punto donde se considera que se ubica el nacimiento del río Guadiaro. Aunque también hay quien opina que esto en realidad sucede unos kilómetros más abajo, cuando desde la cueva del Gato le asiste el río Guadares.
Un kilómetro más adelante, comienza la famosa pasada de Gibraltar, con su primera cuesta, al pie de Sierra del Algarrobo conocida como Los Pajarejos.
Cada vez más abajo, el río se va pegando a las paredes rocosas mientras recibe el aporte de la ya mencionada cueva del Gato, que se adivina adelante y bajo el sendero.
La cueva del Gato merece un aparte ya que supone de uno de los monumentos naturales más importantes de Andalucía. De hecho, el sistema que complementa ya fue reseñado cuando hablamos de la presa de Montejaque, infraestructura hidráulica fallida que merece la pena visitar.
El kilómetro diez de la ruta nos alcanza en el puerto de Ronda, desde donde comienza el descenso a la vega de Benaoján, atravesada por el arroyo homónimo, donde aún se encuentran campos de cultivos, aunque ahora hay numerosas viviendas.
A Benaoján se llega por su famosa estación. Así, la llegada a la Estación de Benaoján se realiza entre los edificios de la antigua central hidroeléctrica de la Serranía.
Después de unas casas se atraviesa la vía del tren por un paso a nivel con barreras, se cruza el puente del Guadiaro y al otro lado acaba esta etapa que será una de las últimas que reseñemos este aciago año 2020.
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