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La dirección deportiva ha dado un paso más y ha contactado con el entorno de Laporte para corroborar su predisposición a una salida
| 9.5.2014 | 04:05h.
El interés del Barça por Aymeric Laporte se remonta a la pasada temporada. Los informes de la secretaría técnica ya le calificaban como uno de los centrales más prometedores del momento. El paso del tiempo solo ha hecho que confirmar la evolución positiva del central hasta convertirlo en una de las prioridades a la hora de reforzar la primera plantilla blaugrana. El problema, como casi siempre que está el Athletic de por medio, es la intransigencia de su junta directiva a negociar un traspaso.
Pero el Barça ha hecho algo más que limitarse a realizar un simple seguimiento deportivo. Desde hace unas semanas, el director deportivo blaugrana, Andoni Zubizarreta, tiene constancia directa que Laporte estaría encantado con vestir de blaugrana de inmediato. Nada de ir paso a paso y madurar un año en su progresión, el futbolista francés considera que ya está a punto para dar el salto al Camp Nou.
Laporte quiere fichar por el Barça, aunque también ha transmitido que se siente plenamente identificado con el proyecto del Athletic y su debut en la Champions League en la próxima temporada. No dará un solo paso hasta que ambos clubs alcancen un principio de acuerdo.
Y justo en este punto es cuando se bloquea toda iniciativa del Barça. El presidente del Athletic, Josu Urrutia, siendo fiel a sus principios ha avisado que no existe margen a ninguna negociación posible. Si Aymeric Laporte causa baja en el club será porque previamente ha depositado la cláusula de rescisión ante la Liga de Fútbol Profesional. Es decir, el precio del central francés asciende a 36 millones de euros y los correspondientes gastos que se derivan del complejo entramado fiscal. Un coste que se considera excesivo y que, por el momento, ha frenado cualquier tipo de contacto oficial.
Laporte gusta pero su contratación no solo generaría un posible conflicto de enormes dimensiones con el Athletic sino que además limitaría la capacidad económica del club para acudir a un mercado de refuerzos imprescindible para afrontar el proceso de renovación que está en marcha. Este escenario no seduce y, de momento, recomienda explorar otros mercados que sean más factibles a nivel económico.
Laporte espera. Su entorno mantiene abiertas las vías de comunicación con el Barça, atentos a un cambio negociador. Zubi conoce la predisposición del futbolista y solo falta decidir si pone los 36 kilos sobre la mesa.
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