Ancelotti hizo rotaciones ante el Valencia y el equipo lo notó con una mala actuación de los considerados suplentes
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Illarra no acaba de convencer como sustituto de Xabi Alonso en Lisboa | Foto: EFE
| 6.5.2014 | 04:05h.
El banquillo del Madrid ha respondido bastante bien a lo largo de toda la temporada. Cuando las lesiones han asolada a la plantilla, los suplentes han dado la talla como han demostrado Jesé, Coentrao o Nacho, incluso Carvajal que empezó a la sombra de Arbeloa. Pero llega el momento clave de la temporada, los partidos de la verdad, y por lo visto ante el Valencia el banquillo asusta. Marcelo, que sobre el papel es titular, se convirtió en un penoso suplente de Coentrao; Illarramendi solo aguantó 45 minutos sobre el campo por su primer tiempo repleto de errores y Varane hizo que muchos se acordaran de Pepe, que vive una segunda juventud.
Ancelotti hizo rotaciones ante el Valencia en contra de lo que anunció en la víspera del partido. Minusvaloró al equipo de Pizzi y se equivocó. El Valencia hizo un partidazo facilitado por un Madrid errático en la presión y en la actuación de algunos de sus jugadores. Varane fue un flan, no mostró esa agilidad felina en el uno contra uno y su actuación dejó tanto que desear que muchos se preguntaron por qué no jugó Pepe ante un contrario tan peligroso. El italiano también alineó a Illarramendi, en lugar del lesionado Modric, para darle minutos de cara a la final de Lisboa, pero lo hizo en el puesto de Di María y el de Mutriku fracasó. Jugar fuera de sitio no le favorece y saca a relucir sus limitaciones: lento, previsible y con un toque de más que los valencianistas detectaron para presionarle y dejarle en evidencia.
Pero si los dos recursos de Ancelotti no tuvieron su mejor día ante el cuadro valencianista cuando se jugaban media Liga, la actuación de Marcelo fue de lo peor del equipo. El brasileño fue una máquina de fallar. En el 0-1 cubre el primer palo que abandonó para despejar de cabeza el balón aéreo que venía del córner para no tocarlo y engañar a sus compañeros, Diego López el primero, y facilitar el remate franco de Mathieu. Y en el 1-2 se desentiende del centro cruzado de Feghouli porque le perseguía Ramos. A esto se sumó un primer tiempo en el que cada vez que subió fue para rifar el balón. Lo hizo tan mal que en la segunda parte apenas pasó del medio campo.
Actuaciones erráticas en un momento clave de la temporada, que seguro preocupan a Ancelotti ante esos tres partidos de Liga y la final de la Champions.
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