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Taxistas del cinturón denuncian la parálisis del órgano gestor, mientras la presidencia del IMT aduce que solo hay una falta de consenso entre las partes
Tan solo siete años después de empezar a andar, el Instituto Metropolitano del Taxi (IMT), que unificó los servicios de capital y del cinturón de la ciudad, puede dar la vuelta a su taxímetro particular y pagar una factura muy cara: su fracaso como entidad pública de ordenación y gestión global del servicio de taxi de Granada y su Área Metropolitana. La brecha, al menos, está abierta, según se desprende de la denuncia hecha a este periódico por parte de la Asociación de Taxis del Cinturón de Granada a través de su presidente, Marcelino Rosales. «Incompetencia, perjuicio e incumplimiento» del IMT hacia los taxistas de la capital y del Área Metropolitana son algunas de las palabras empleadas por Rosales para definir la situación actual del consorcio.
«Nos dijeron que era un órgano creado para la regulación y beneficio de los taxistas. Y nada más lejos de la realidad. El IMT dista mucho de ser un beneficio para nuestro sector, ya que lo único que hacen es recaudar de todos y cada uno de los taxistas», advirtió el representante de esta asociación, una de las cinco que conforman el espectro de colectivos del taxi de los 32 municipios consorciados en la entidad junto a la Diputación Provincial y la Consejería de Obras Públicas y Fomento de la Junta de Andalucía.
Aún sin ordenanza
La queja de esta asociación, que aglutina a todos los taxistas del Área Metropolitana menos a los de Chauchina y Santa Fe, no se queda ahí. Rosales va más allá. Tachan al Instituto de «totalmente incompetente» y acusan a sus gestores de no haber actualizado la ordenanza y las normas de funcionamiento en materia de transporte urbano de viajeros que estableció como obligatorio la Junta de Andalucía a través del Decreto 35/2012 de 21 de febrero, por el que se aprobó el Reglamento de los Servicios de Transporte Público de Viajeros y Viajeras en Automóviles de Turismo. La ordenanza debía estar establecida con un plazo máximo de quince meses desde la publicación en el BOJA de dicho decreto. Han pasado ya nueve meses desde el período máximo fijado y el IMT sigue sin ordenanza propia. «Ningún presidente de ninguna asociación de taxis ha recibido respuesta alguna por parte del IMT ni por parte de Telesfora Ruiz, máxima responsable del Instituto, de por qué no se lleva a cabo la creación de dicha ordenanza», detalló Rosales.
Efectivamente, la teniente de alcalde de Movilidad del Ayuntamiento de Granada es vicepresidenta del IMT como representante del Consistorio granadino, sin embargo, la presidencia recae sobre la Diputación Provincial. En concreto, sobre su vicepresidente, José Antonio Robles (PP). IDEAL intentó conocer la opinión de ambos representantes sobre las quejas de los taxistas del cinturón y la pelota botó de un tejado a otro. Robles, a través del gabinete de comunicación de la Diputación, indicó que el hecho de que aún no haya entrado en vigor la obligada ordenanza radica en que «no hay consenso entre todas las partes». El punto más discordante, según trasladó Robles, se encuentra en los traslados que afectan al aeropuerto de Granada.
Para conocer más detalles invitó a preguntar a la vicepresidenta del IMT, Telesfora Ruiz. Trasladada la cuestión a la edil de la capital, su respuesta, también a través del gabinete de comunicación, en este caso del Ayuntamiento de Granada, fue que el encargado de responder al planteamiento de los taxistas es el presidente José Antonio Robles.
Desde la Asociación de Taxis del Cinturón, mientras tanto, insisten en que el sector «está totalmente abandonado por las administraciones, muy ocupadas en crear 'trenecitos turísticos'», achacó su presidente, en referencia al transporte público recreativo puesto en marcha recientemente en la capital. «El IMT es el órgano que debería velar por nosotros y es totalmente incompetente», añadió Rosales, quien recalcó que el órgano gestor «cobra de todos los ayuntamientos del Área Metropolitana y de todos los taxistas» y, sin embargo, «aún no sabemos dónde va a parar ese dinero, puesto que está claro que en mejoras hacia el sector no».
Reducción de tasas
Sobre las tasas que abonan los taxistas, que Rosales considera excesivas, desde la Diputación Provincial rebatieron que a finales del pasado año se aprobó una rebaja del 50% en la tasa por derecho de examen y pruebas de aptitud y un descuento de 60 euros (de 100 a 40) en la tasa de licencias. Pese a ello, el representante de los taxistas metropolitanos insistió en que no entiende «por qué se mantiene un órgano que no es capaz de cumplir con su función».
Como muestra, Rosales señaló que varios municipios «han renunciado a la gestión de sus licencias por parte del IMT, el cual se limita a decir que si no pagan (lo que deben), no podrán abandonar el órgano». De ahí que se pregunte si el IMT «quizá tenga un carácter exclusivamente lucrativo».
Desde el PSOE llevan tiempo defendiendo que se disuelva la estructura del IMT y que se integre en el Consorcio Metropolitano de Transportes -el de los autobuses-, «que ha demostrado su eficacia y que tiene competencias para ello», según opinó en declaraciones a IDEAL el portavoz municipal en el Ayuntamiento de Granada, Francisco Cuenca, quien en su tiempo, como delegado provincial de Obras Públicas y Fomento, fue una de las personas que impulsó la puesta en marcha definitiva del IMT hace ya siete años. «Tiene que existir un ente consorciado, lo dice la ley, pero el PP tiene falta de miras y no quiere ver que Granada no es una capital de 250.000 habitantes, sino de medio millón con el Área Metropolitana, y en la que se producen más de 30.000 desplazamientos de coches diarios entre la ciudad y el cinturón», criticó Cuenca. «El problema es que, una vez que entra el PP en Diputación, cambia la estructura -con el apoyo del Ayuntamiento de Granada- y lo deja muerto. Esa estructura tiene que desaparecer, porque los ayuntamientos y los taxistas está pagando para nada, no reciben ningún servicio», añadió el edil socialista.
En la misma línea, el portavoz del PSOE en la Diputación Provincial, José Entrena, como ya defendió hace un año, es partidario de la «disolución del IMT» y de que las competencias del 'taxi único metropolitano' sean «transferidas al Consorcio Metropolitano de Transportes». A su juicio, desde que denunciara la situación del Instituto en mayo del año pasado, «las condiciones no han cambiado, no se ha avanzado, puesto que pasa un año y otro y no hay una ordenanza y la dirección política sigue siendo inoperante».
Para Entrena, la gestión y la coordinación del servicio es «asumible por parte del Consorcio de Transportes» y, por ello, al igual que Cuenca, piensa que la estructura actual «no sirve». El taxímetro del IMT, pues, continúa su carrera hacia ninguna parte, de momento.
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